miércoles, 1 de octubre de 2014

DON JUAN TENORIO DE JOSÉ ZORRILLA


DECLARACIÓN DE DON JUAN A DOÑA INÉS.
ACTO IV. ESCENA III
 
DON JUAN
¿Adónde vais, doña Inés? 
 
DOÑA INÉS
Dejadme salir, don Juan. 
 
DON JUAN
   ¿Que os deje salir?
 
BRÍGIDA
Señor,
245
sabiendo ya el accidente 
del fuego, estará impaciente 
por su hija el Comendador. 
 
DON JUAN
   ¡El fuego! ¡Ah! No os dé cuidado  
por don Gonzalo, que ya250
dormir tranquilo le hará 
el mensaje que le he enviado. 
 
DOÑA INÉS
   ¿Le habéis dicho...?
 
DON JUAN
Que os hallabais
 
bajo mi amparo segura, 
y el aura del campo pura255
libre por fin respirabais. 

 
(Vase BRÍGIDA.)

 
   Cálmate, pues, vida mía; 
reposa aquí, y un momento 
olvida de tu convento 
la triste cárcel sombría.260
   ¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,  
que en esta apartada orilla 
más pura la luna brilla 
y se respira mejor? 
   Esta aura que vaga llena265
de los sencillos olores 
de las campesinas flores 
que brota esa orilla amena; 
esa agua limpia y serena 
que atraviesa sin temor270
la barca del pescador 
que espera cantando el día, 
¿no es cierto, paloma mía, 
que están respirando amor? 
   Esa armonía que el viento275
recoge entre esos millares 
de floridos olivares, 
que agita con manso aliento, 
ese dulcísimo acento 
con que trina el ruiseñor280
de sus copas morador 
llamando al cercano día, 
¿no es verdad, gacela mía, 
que están respirando amor? 
   Y estas palabras que están285
filtrando insensiblemente 
tu corazón, ya pendiente 
de los labios de don Juan, 
y cuyas ideas van 
inflamando en su interior290
un fuego germinador 
no encendido todavía, 
¿no es verdad, estrella mía, 
que están respirando amor? 
   Y esas dos líquidas perlas295
que se desprenden tranquilas 
de tus radiantes pupilas 
convidándome a beberlas, 
evaporarse a no verlas 
de sí mismas al calor,300
y ese encendido color 
que en tu semblante no había, 
¿no es verdad, hermosa mía, 
que están respirando amor? 
   ¡Oh! sí, bellísima Inés, 305
espejo y luz de mis ojos; 
escucharme sin enojos 
como lo haces, amor es; 
mira aquí a tus plantas, pues, 
todo el altivo rigor310
de este corazón traidor 
que rendirse no creía, 
adorando, vida mía, 
la esclavitud de tu amor. 
 
DOÑA INÉS
   Callad, por Dios, ¡oh don Juan!,315
que no podré resistir 
mucho tiempo sin morir 
tan nunca sentido afán. 
   ¡Ah! Callad, por compasión, 
que oyéndoos me parece320
que mi cerebro enloquece 
y se arde mi corazón. 
   ¡Ah! Me habéis dado a beber 
un filtro infernal sin duda, 
que a rendiros os ayuda325
la virtud de la mujer. 
   Tal vez poseéis, don Juan, 
un misterioso amuleto, 
que a vos me atrae en secreto 
como irresistible imán.330
   Tal vez Satán puso en vos 
su vista fascinadora, 
su palabra seductora 
y el amor que negó a Dios. 
   ¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!, 335
sino caer en vuestros brazos, 
si el corazón en pedazos 
me vais robando de aquí? 
   No, don Juan; en poder mío 
resistirte no está ya;340
yo voy a ti, como va 
sorbido al mar ese río. 
   Tu presencia me enajena, 
tus palabras me alucinan, 
y tus ojos me fascinan,345
y tu aliento me envenena. 
   ¡Don Juan! ¡Don Juan! Yo lo imploro  
de tu hidalga compasión: 
o arráncame el corazón, 
o ámame, porque te adoro.350
 
DON JUAN
   ¡Alma mía! Esa palabra 
cambia de modo mi ser, 
que alcanzo que puede hacer 
hasta que el Edén se me abra. 
   No es, doña Inés, Satanás 355
quien pone este amor en mí; 
es Dios, que quiere por ti 
ganarme para Él quizás. 
   No; el amor que hoy se atesora 
en mi corazón mortal,360
no es un amor terrenal 
como el que sentí hasta ahora; 
   no es esa chispa fugaz 
que cualquier ráfaga apaga; 
es incendio que se traga365
cuanto ve, inmenso, voraz. 
   Desecha, pues, tu inquietud, 
bellísima doña Inés, 
porque me siento a tus pies 
capaz aún de la virtud.370
   Sí; iré mi orgullo a postrar 
ante el buen Comendador, 
y, o habrá de darme tu amor, 
o me tendrá que matar. 
 
DOÑA INÉS
   ¡Don Juan de mi corazón!375
 
DON JUAN
¡Silencio! ¿Habéis escuchado? 
 
DOÑA INÉS
¿Qué?
 
DON JUAN
Sí; una barca ha atracado
 
debajo de ese balcón. 
   Un hombre embozado de ella 
salta... Brígida, al momento380

 
(Entra BRÍGIDA.)

 
pasad a esotro aposento; 
y perdonad, Inés bella, 
   si solo me importa estar. 
 
DOÑA INÉS
¿Tardarás?
 
DON JUAN
Poco ha de ser.
 
 
DOÑA INÉS
A mi padre hemos de ver.385
 
DON JUAN
Sí; en cuanto empiece a clarear. 
   Adiós.

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